Alejandra Oviedo (Buenos Aires, Argentina) es socia de MADPAC desde sus inicios. Pertenece a una de las compañías más veteranas del panorama nacional: Ale Hop, que acaba de cumplir 35 años, siendo una de las pioneras del teatro-circo en nuestro país, además de haber actuado por medio mundo y haber recibido reconocimientos internacionales. Hablamos con ella de sus orígenes, su compañía y del circo madrileño.
Empezaste tu formación artística en el teatro y la danza, ¿Cuándo te interesas por el circo?
Cuando tenía 17 años, el Circo de Los Muchachos estuvo 9 meses de gira por Argentina, la primera ciudad fue Buenos Aires en la que estuvo 3 meses con el espectáculo en carpa. Un día volviendo a mi casa pasé por la esplanada donde estaba la carpa y conocí a algunos de los chicos. Al día siguiente fui a ver la función y ahí ocurrió la magia: entrar en una carpa tan grande (entonces llevaban 2 pistas), números de todo tipo realizados por chavales de diferentes edades, unos 150 artistas que salían con una fuerza a pista que se te ponían los pelos de punta. Me atrapó especialmente el número de trapecio, disciplina de la cual me especialicé más tarde [Alejandra también se especializó en contorsión y patinaje artístico].
Ahí decidí que yo quería hacer circo, vivir el circo y compartir con tantos artistas de diferentes edades esa experiencia y profesión. Audicioné, me seleccionaron y pude incorporarme a ese proyecto.
Alejandra (segunda altura en la bicicleta) en una de sus actuaciones con el Circo de los Muchachos
¿Cuándo os conocéis Churry Silva [Co-director de Ale-Hop] y tú?
Con el Circo de Los Muchachos estuvimos de gira un año antes de volver a Benposta (Orense), donde tenía la sede el circo. Ahí estuvimos preparando el nuevo espectáculo que iba hacer gira por España.
En el año 81 el Circo se trasladó a Madrid, a Las Ventas, donde se instaló el Globo una estructura poliédrica maravillosa. Allí estuvimos años representando diferentes espectáculos y también al mismo tiempo intercalando giras por Alemania, Francia, Italia, Luxemburgo, etc.
Churry y yo trabajábamos en la compañía profesional del circo y nos hicimos amigos. Después en el año 84 decidimos irnos nosotros dos y otro compañero del circo, Nacho Silva, para poder formar nuestra propia compañía: Ale Hop. Teníamos la necesidad de volcar todo lo que habíamos aprendido y nuestras experiencias en algo con nuestra identidad, creación y sello propio. Ahí empezó todo.
Pronto destacáis como una compañía con mucha fuerza visual en vuestras actuaciones y proyectos. ¿De dónde surge esta fuerza visual? ¿Tenéis un «sello propio» o cada creación es diferente?
Hemos tenido la suerte de poder formarnos en la única escuela de circo que había en los años 70 en Europa junto a la escuela rusa: La Escuela Internacional de Artes Acrobáticas y Circense de Los Muchachos, por lo que partimos de una muy buena formación técnica. Si a eso le añadimos una exhaustiva documentación sobre el circo, el cabaret, el cine mudo, el teatro visual, sin darnos cuenta la fórmula nos empezaba a dar resultados que con los años llegarían a conformar el universo Ale Hop. Siempre se nos ha dado muy bien expresarnos con imágenes, magia inherente de nuestra compañía.
Además de circo, tienes estudios de diseño y realización de vestuario, interpretación y danza contemporánea ¿Cuál es tu principal tarea en Ale-Hop?
Es bastante polivalente: artista, producción, creación y realización de vestuario y todo lo que surja. Somos dos directores y tenemos que repartirnos las tareas, pero ante todo soy artista.
¿En qué te inspiras a la hora de crear tus diseños y figuras?
En observar el mundo constantemente. Toda imagen es importante. Ser innovadores y atrevidos a la hora de imaginar y plasmar tus ideas. Luego también está la experiencia de todos estos años, arma imprescindible de ayuda a la hora de crear.
En 2019 habéis cumplido 35 años, sois una de las compañías más veteranas del país. Con vuestra experiencia, ¿creéis que tenéis el reconocimiento que merecéis?
Esto es una carrera de fondo y día a día tienes que demostrar tu valía y dar el cien por cien de calidad en todos los trabajos y proyectos que van surgiendo. Seguimos estando de actualidad tras 35 años en Madrid y el público nos da su aceptación trabajo tras trabajo, y creo que ese es el mejor reconocimiento que puede desear una compañía como la nuestra.
Actualmente estáis en Circlássica, de Productores de Sonrisas. ¿Cuál es vuestra labor allí?
Esta es la tercera vez que colaboramos con Productores de Sonrisas. Trabajamos con Emilio Aragón en el proceso de creación y diseño de los cuatro clowns-payasos del espectáculo. Cuatro habituales de Ale Hop en este caso Churry Silva, Samuel Peñas, Anselmo Siesto y yo fuimos los encargados de darles vida a esos personajes en los meses que trabajamos en carpa en Madrid. Mi trabajo junto con Churry Silva ha sido el diseño y creación de vestuario, maquillaje y entradas para el espectáculo.
Actualmente, estamos de gira y seguimos hasta marzo del 2020, aunque en esta ocasión Luigi Belui sustituye a Samuel y Jonny Bogino a Anselmo.
¿Tenéis en mente proyectos a medio-largo plazo?
Una vez terminada la gira nos tomaremos un merecido descanso y volveremos a los proyectos y espectáculos que dejamos parados de Ale Hop: la dirección artística de un espectáculo de circo para realizar una gira en los Países Árabes y retomar un proyecto de creación y producción de un espectáculo unipersonal para teatro en el que ya estamos trabajando en el diseño de personajes, vestuario, escenografía, atrezzo, etc.
En dos ocasiones habéis puesto en marcha escuelas de circo (la última, L’Piste, activa de 2002 a 2010), sin conseguir la continuidad. ¿Seguís con la idea de crear un sitio de formación?
En nuestros proyectos nunca existió la necesidad de vivir de la enseñanza. Nuestra prioridad siempre fue el espectáculo, y debido a los criterios que como profesionales del circo teníamos a la hora de enseñar sin una dirección cualificada preferíamos dejar el proyecto, y así ha sido en ambas ocasiones.
Quizás actualmente haya demasiadas ofertas y poca cualificación profesional, nada bueno para el circo y los nuevos alumnos que comienzan.
Nos han ofrecido en varias ocasiones formar parte de la dirección técnica de algún proyecto, declinando nuevamente la opción por estar metidos en otros proyectos. De todas formas, dentro de la compañía nunca hemos dejado de crear escuela y varios de nuestros artistas colabora actualmente en grandes producciones nacionales e internacionales.
¿Cómo ves la situación del circo madrileño actual? ¿Qué crees que aporta MADPAC?
Creo que en Madrid gozamos de buena salud en lo referente al circo, contemporáneo, nuevo, clásico, neoclásico o circo simplemente.
Cada día hay más compañías y espacios de creación y eso es positivo para el sector. Por poner alguna pega quizás eche de menos que haya más trabajos con identidad propia.
MADPAC es una asociación que llevábamos reivindicando hace tiempo y ya es una realidad palpable, necesaria y obligada para poner el circo madrileño en el lugar que le corresponde. Hablo en esta ocasión del circo en general, abrámonos a todo tipo de expresiones circenses, las de antes, las de ahora y las de mañana. Hay mucho que compartir.
Rafa Peñalver